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Estamos en un momento, en el que tenemos que ser más conscientes que nunca en cómo están afectando todas nuestras acciones al planeta. La sostenibilidad es un término que no es nuevo, pero que hemos ignorado durante mucho tiempo. Ahora, afortunadamente la concienciación ha aumentado entre los más jóvenes, y los nuevos modelos de negocio también muestran su preocupación con el tema. En este post hablaremos sobre cómo podemos incorporar a nuestro día a día pequeñas acciones para revertir la situación. Clara Tortini nos explica como reducir el uso de plástico y las alternativas que tenemos para sustituirlo.

 

“Los héroes del plástico”

 

Clara Tortini es coworker en Aticco, es italiana y está haciendo un máster en la UPF. Tiene un blog llamado Plastic-Free Heroes, que intenta concienciar sobre el uso excesivo del plastico en nuestra sociedad y cómo reducirlo. En esta entrevista nos da su punto de vista sobre este tema y cómo desde su perspectiva podríamos mejorarlo:

    ¿Cómo empezaste con todo el movimiento del plástico? y ¿por qué decidiste abrirte el blog?

Siempre me ha interesado el tema del medio ambiente. Crecí en una familia donde todos estábamos muy concienciados con este tema. Por ello, creo que mi interés nació desde pequeña. Pero fue en Holanda, cuando estuve viviendo seis meses allí (tenía 20 años) que empecé a darme cuenta que el problema era muy serio. Empecé a leer muchos libros sobre el tema, ver documentales y al vivir en Holanda, un país bastante Green, me me enseñó mucho. Pero en particular, fue una TED Talk en Youtube de una chica que contaba cómo vivía una vida impacto cero en Brooklyn, lo que me ayudó a abrir los ojos.  Así que empecé a interesarme, leer, informarme y hablar con la gente, para preguntar sus opiniones. Quería cambiar de repente mi vida, pero lo que me faltaba era la voluntad y el impulso que necesitaba para hacer este gran cambio.

Los viajes, la pereza, el miedo me pararon tres años más. Creía que una vida focalizada en reducir el consumo de plástico no era compatible con nuestro estilo de vida. Fueron China y Barcelona las ciudades que cambiaron todo. Gracias a estas experiencias, me di cuenta de que estaba intentado defender mi planeta, ser ecologista, pero en realidad, en la práctica no era así. Mi vida era la primera que tenía que cambiar para ser coherente conmigo misma y fiel a mis ideales. Yo era la primera que cometía errores y si no hubiera empezado a cambiar las cosas, me habría arrepentido toda mi vida.

Seguro que no podría cambiar el futuro del planeta, pero sí inspirar a las personas, despertar conciencia sobre el tema y vivir una vida más en línea con mis principios y valores.  Así que empecé mi blog el otoño pasado y, desde entonces, cambió todo. Dije no a la mayoría del plástico desechable y poco a poco empecé a darme cuenta que en nuestra vida hay un montón de cosas que en realidad no necesitamos.

Este camino me ayudó a darme cuenta de lo que había a nuestro alrededor, nuestra manera de vivir, de nuestra manera de ver el ser humano como centro del mundo. El blog creo que fue mi manera de concienciar, influenciar a la gente de manera positiva y “cambiar” el mundo. Pero también fue una manera de empezar un capítulo nuevo en mi vida y hacerlo de verdad, sin posponerlo más. Después de algunos meses se juntó a este proyecto una de mis mejores amigas, Dominika que ahora vive en Polonia. Con ella siempre he podido hablar sobre el tema del medio ambiente. Compartimos opiniones, principios, ideas y una misma manera de ver el mundo. Siempre hablaba con ella sobre el blog y el tema del plástico. Ya desde el principio me ayudaba mucho. Así que hemos decidido unirnos y ahora estamos las dos en este proyecto. Su llegada cambió muchas cosas en positivo, a nivel práctico, pero también a nivel espiritual digamos. Me ayudó a arreglar muchas cosas con el blog y la cuenta de Instagram, pero también representa un apoyo moral fundamental. Somos un equipo y ella llena mis faltas digamos.

 

    ¿Cuál crees que es la situación en la que estamos actualmente con el tema del plástico?

La situación en la que estamos actualmente es más grave de lo que creemos. Hay estudios que dicen que, si seguimos así, en 2050 vamos a tener más plástico en el mar que pescado. Además, un estudio recién publicado ha dicho que cada semana comemos plástico equivalente a una tarjeta de crédito.

El micro plástico se encuentra en todas las partes, en el agua que bebemos, en el queso que comemos, en el pescado… Hay plástico en nuestros cosméticos y nuestra ropa está hecha de plástico. No somos conscientes de cómo nuestras vidas giran alrededor de este material.

Lo que me hizo pensar mucho, cuando empecé este cambio, es la inconsciencia de la gente y la incapacidad de sentir preocupación por nuestro futuro, no solo de los seres humanos, sino también de la biodiversidad en general. Estamos perjudicando de manera irreversible el futuro del planeta y de las generaciones futuras. Y lo que pensamos es buscar otro planeta donde vivir, sin pensar en salvar esto.

    ¿Crees que se podría haber empezado antes a cambiar esta situación?

Sí, sin duda. Ahora estamos empezando a despertar esta preocupación, pero se podría haber empezado mucho antes. Creo que hemos esperado una solución desde los gobiernos, de la gente que tiene poder, pero no hemos pensado en que podemos hacer nosotros como individuos.

   ¿Nos puedes dar algunos consejos sobre cómo podemos ayudar a reducir el plástico de nuestras vidas?

Primero, tener paciencia. No es un cambio que ocurre de la noche a la mañana. Es un camino que necesita tiempo. Segundo, cómo he dicho antes, creo que hay muchas cosas sin las cuales pensamos que no podemos vivir. En realidad no es así. A veces también nos falta la curiosidad, la gana o los medios para encontrar alternativas.

La pregunta que tienes que hacerte es “¿Necesito de verdad este objeto?” “¿Hay alternativas más sostenibles?” Yo he empezado diciendo NO a todo el plástico desechable que puedo evitar, sin problemas. Por ejemplo, las bolsas de plástico, los envases, los tenedores, las compresas, los cepillos de dientes, las pajitas, la película de plástico, la gillette etc. Para todos estos objetos hay alternativas sostenibles. Por ejemplo, las pajitas, este objeto en realidad no lo necesitamos. Pero en caso de necesitarlo de verdad, existen alternativas más sostenibles, como la de papel, bambú o acero. Si vas a un bar, puedes preguntar educadamente si pueden traerte tu cubata sin pajita. Lo que ayuda, también, es explicar porque estás pidiendo esto, enseñar que alternativa tienes. A veces la gente necesita escuchar tu explicación, para darse cuenta de que lo que estas pidiendo no es una tontería o un capricho.

Otro obstáculo es el miedo a que la gente piense que somos raros. Pero tenemos que acordarnos que todo esto representa un impacto positivo para el planeta.

Tercero, ser curiosos. Empezar a descubrir cuáles son las alternativas que tenemos. Conocer tiendas que nos pueden permitir reducir nuestro consumo de plástico. Por ejemplo, cuando vine aquí a Barcelona, descubrí que esta ciudad es eco-friendly en muchos sentidos y te da la oportunidad de reducir tu consumo de plástico. Tercero, parar de ser perezoso. Muchas veces vamos al supermercado y nos olvidamos de llevar con nosotros nuestras bolsas de algodón. O comemos fuera y nos olvidamos los tenedores reutilizables. En realidad son pequeñas acciones que es muy fácil integrar en tu vida cotidiana. Solo tenemos que acostumbrarnos.

Por ejemplo, se puede empezar con llevar una botella reutilizable para no comprar botellas de plástico. Llevar las bolsas algodón cuando vas de compra. Renunciar a los envases de plástico que no necesitamos. Comprar más productos locales y fruta y verdura de temporada. Elegir champú y acondicionador sólidos, para evitar todo el packaging de plástico. Descubrir las opciones para una regla más sostenible. Llevar una taza reutilizable si quieres tomar un café para llevar. Y parar de pensar que no podemos hacer la diferencia, porque podemos. Otra cosa es aprender a reducir, reutilizar y reciclar.

Siempre hemos pensado que reciclar podía ser la solución, pero no es así. Primero para reciclar se necesita una cantidad de energía y agua exagerada.  Segundo, por su coste económico y energético, muchas ciudades no reciclan de verdad. Además imagínate esta situación: tu baño está inundado. ¿Cuál sería la solución? ¿Cerrar el grifo o pasar la fregona? Esta metáfora creo que resume muy bien la situación en la que estamos ahora. Tenemos el océano ahogado en plástico y seguimos produciendo y consumiendo, sin pensar que la solución es reducir o parar de consumir y producir. No hemos cerrado el grifo. Así que, para volver a la regla de las 3 erres (reducir, reutilizar, reciclar), antes tenemos que reducir, o sea, dejar todos los objetos que en realidad no necesitamos o que podemos cambiar con alternativas sostenibles. Segundo, reutilizar para dar una segunda vida a los productos que ya tenemos. Esta parte también te ayuda a despertar tu creatividad y ser curioso. Y al final, como último recurso, reciclar.

 

 Aticco y la sostenibilidad

 

En Aticco también estamos trabajando para reducir el impacto negativo en el planeta. Desde el diseño de nuestros edificios a la gestión de los residuos.

  • Todos nuestros espacios tienen grandes ventanales por los que entra mucha luz natural. Esto hace que podamos disfrutar de luz solar la mayor parte del día y que reduzcamos el consumo de energía. Las oficinas privadas y las salas de reuniones son cajas de cristal que reciben también la luz del exterior. Además tenemos instalados sensores de movimiento que solo se activan cuando detectan la presencia de alguien, y que evitan que las luces se queden encendidas por error. Nuestras terrazas disponen de sensores de luz, para que se enciendan cuando anochezca y se apaguen al amanecer. Así evitamos dejarlas encendidas por error. Toda la iluminación es de bajo consumo.
  • La elección del proveedor de energía también es un factor clave, más aún cuando se tiene un consumo alto de energía. En nuestro caso, elegimos a un proveedor que nos certificara que toda la energía que consumimos proviene de energías renovables. Así nos aseguramos que no estamos haciendo un malgaste de recursos renovables. 
  • Queremos reducir el uso de envases de plástico. Por eso en el welcome pack que entregamos a nuestros coworkers al entrar en Aticco, se incluye una botella reutilizable para que puedan poner agua o bebidas sin tener que comprar nuevos envases de plástico. Además estamos reduciendo el consumo de plástico en nuestros eventos a través de vasos reutilizables en lugar de los vasos de plástico de un solo uso.
  • Todos nuestros centros cuentan con clasificación de residuos para facilitar el reciclaje. En las cocinas se encuentran contenedores de envases, residuos orgánicos, vidrio, cartón y resto. Además cerca de nuestras impresoras hay contenedores de papel.
  • Todos los envases que encontramos en las cantinas Aticco son biodegradables.
  • Impulsamos a que nuestros coworkers usen patinetes eléctricos para trasladarse de un sitio a otro pudiendo reservarlos en nuestros espacios. Es una forma ágil y sostenible de moverse por la ciudad.

Seguimos trabajando para que nuestro entorno facilite de forma fluida la disminución de residuos y el malgaste de recursos. Seguiremos trabajando para mejorar.

 

Os recomendamos este video de Greta Thunberg, una activista climática de tan sólo 16 años, que hizo una súplica al Parlamento Europeo hace unos meses.